Las alteraciones de la pisada durante la infancia y adolescencia son un motivo frecuente de consulta al Pediatra, Deportólogo y Traumatólogo.
En muchas ocasiones el motivo de la visita al médico está originada en los pacientes que refieren síntomas como dolor en el pie y/o el tobillo. Otras veces porque los chicos gastan en forma asimétrica el calzado, y en el caso de deportistas de competencia por desalineaciones, por prevención y/o tratamiento de lesiones de miembros inferiores.
¿Cuáles son las características del pie plano?
Podemos observar el retropié valgo, arco longitudinal interno descendido y/o el antepie abducto.
El pie plano puede dividirse en rígido o flexible.
No existe controversia en cuanto a la necesidad de tratamiento del pie plano rígido, siendo que sus causas escapan al fin de esta publicación. Los Traumatólogos y Ortopedistas deberán determinar si requieren una conducta quirúrgica o puede realizarse una intervención kinesiológica y uso de ortesis plantares.
La gran controversia se plantea con el tratamiento con ortesis plantares (plantillas) para el pie plano flexible.
Existe una corriente entre profesionales que sugiere o fundamenta el tratamiento sólo en pacientes sintomáticos. Sustentando su conducta ortopédica, en que el pie plano flexible asintomático, se trata de una variante fisiológica de la pisada, con potencial de corrección con el crecimiento y sin consecuencias para la vida adulta.
En una publicación Hosl et al, estudió la biomecánica de la marcha de niños con pie plano sintomático y asintomático, y lo comparó con niños sin alteraciones de la pisada. Los resultados indicaron que existen alteraciones biomecánicas en todos los pies planos valgos, sin encontrarse diferencias entre los sintomáticos y asintomáticos.
La presencia de síntomas se relaciona con el sobreuso de los tejidos y el umbral del dolor, que es subjetivo.
Otros estudios encuentran una relación en la adolescencia y la edad adulta entre pie plano valgo, y fascitis plantar, tendinopatía del tibial posterior, hallux valgo, síndrome femoropatelar, etc.
Por todas estas causas, otra corriente entre profesionales del deporte, defiende el uso de ortesis plantares, a pesar de la ausencia de sintomatología.
Existe menos evidencia científica que compare niños y adolescentes sedentarios y atletas, con pie plano flexible, y sus consecuencias.
Uno podría preguntarse si es lo mismo tener un auto desalineado, siendo utilizado para hacer 30 cuadras o 300 kilómetros por día. ¿Cómo repercutiría en uno u otro caso?
Y también pensaría en un piloto de Fórmula 1, ¿aceleraría a máxima velocidad si su auto no tuviera una buena alineación?
Otro punto de reflexión sería, si sólo debiera usarse plantillas como terapéutica, o la alteración de la pisada podría verse favorecida por un tratamiento kinésico además de los soportes plantares.
Más aún, ¿qué ocurre o cómo abordamos a deportistas que practican su disciplina sin calzado? Por ejemplo: artes marciales; gimnasia rítmica, artística, de trampolín; natación, etc. En esta ocasión, no estarían favorecidos por el uso de ortesis plantares durante la práctica deportiva, por la obvia razón, de que no las utilizan. Entonces nos preguntamos, ¿deberían usar plantillas durante la vida diaria, y realizar un trabajo específico kinesiológico orientado a su disciplina?
En una publicación del 2023 en Orthop. J. Sport Medicine, Relationship of Chronic Ankle Instability With Foot Alignment and Dynamic Postural Stability in Adolescent Competitive Athletes, encontraron como principales hallazgos que el grupo CAI (chronic ankle instability, inestabilidad crónica del tobillo), tenían una mayor eversión del retropié y un DPSI (dynamic postural stability index, índice de estabilidad postural dinámica) deteriorado, que representa el equilibrio dinámico después del aterrizaje del salto.
Concluyen que resulta importante detectar la presencia de desequilibrio dinámico y mala alineación del pie en atletas competitivos adolescentes con inestabilidad persistente del tobillo. Además del abordaje temprano de estas anomalías, por la utilidad en la prevención y tratamiento de la inestabilidad crónica del tobillo de los deportistas.
P Távara Vidalón, G Lafuente Sotillos, I Palomo Toucedo, MJ Manfredi Márquez en su publicación concluyen:
“Existe una gran controversia respecto a la efectividad de los soportes plantares personalizados en el tratamiento del pie plano valgo infantil.
A corto plazo, reducen la eversión del calcáneo en bipedestación y la pronación excesiva durante la dinámica, en el momento de instauración del tratamiento o tras dos semanas de uso.
A largo plazo, su efectividad depende de la edad del niño y de la duración del tratamiento. Esta se ve aumentada cuando el niño tiene más de 6 años y cuando el tiempo de tratamiento es igual o mayor de 24 meses.
No existe ningún estudio en el que se indique que el uso de los soportes plantares dificulte el desarrollo normal del pie o empeore la situación en la que se encuentra en el momento de iniciación del tratamiento”.
Existe concordancia en la necesidad de individualizar las ortesis plantares, de acuerdo, a los resultados de estudios biomecánicos de la pisada de cada niño y adolescente, para dar respuesta a los requerimientos de cada individuo.
También se desaconseja la utilización de plantillas estándares porque podrían empeorar la patología del pie.
Por otro lado, en algunos deportes las plantillas deben acondicionarse al calzado del deportista: botines de fútbol, rugby, hockey; patines, etc.
En mi experiencia profesional, sin una estadística científica, encuentro buena respuesta por el uso de ortesis plantares, en los pies planos flexibles moderados y severos, con diferentes sintomatologías (metatarsalgias, plantalgias, talalgias, dolores de tobillo y tibia, gonalgias, etc.).
Dr. Santiago Kweitel.
Médico pediatra y deportólogo
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